Te contamos el secreto de las flores del Día de San Valentín que saben todos los expertos en entretenimiento: los ramos simples pueden transformarse fácilmente en oro para regalar (si sabes qué hacer). La próxima vez que la ocasión amerite estilo floral, sigue nuestros siguientes consejos y mira cómo florecen tus habilidades de florista.
1. Evalúa las flores
Estos consejos son infalibles, no importa con qué tipo de flores trabajes. Tu ramo puede tener un tipo de flor, como hortensias o rosas, o una mezcla de flores básicas grandes, medianas o pequeñas (por ejemplo, gerberas, lirios, rosas y girasoles; flores de relleno, como siemprevivas azules, bocas de dragón, velos de novia y crisantemos; y hojas verdes, como mirto, helecho de cuero y eucalipto azul). Independientemente de cuál sea el ramo con el que empieces, quítalo del paquete, colócalo en un espacio limpio y mira bien con qué vas a trabajar (el tamaño de las flores, la longitud de los tallos, los colores y la cantidad), de modo que estés listo para el siguiente paso:
2. Elige el florero
Los floreros son el secreto de un hermoso arreglo. Como aconseja sabiamente Monica Melsness, propietaria de Niche and Nook Flowers de San Francisco, “El recipiente en el que colocas las flores es más importante que las flores”. Continua: “Un florero o un cuenco ancho de cerámica es muy elegante, por lo que cualquier flor que pongas dentro va a lucir bonita. Pero puedes usar cualquier cosa que tengas en casa”.
Joan Hand, diseñadora de City Flowers Tommy Luke en Portland, Oregón, dice: “Hay muchas formas de hacerlo más lujoso sin tener el conocimiento ni la experiencia”. Sugiere: primero, elige un florero que sea proporcional al tamaño de las flores y considera los diferentes recipientes que ya tienes.
Luego, ten en cuenta el contexto. Para un ramo individual de regalo, decide si las flores quedarán mejor largas y orgullosas o sin los tallos para una presentación más corta, quizás compactas en un ramo ajustado o acomodadas espaciosamente en un recipiente bajo y ancho. Una vez que lo hayas decidido, busca un recipiente que sea proporcional a las flores; los ramos enormes no quedarán muy bien en un florero pequeño, y viceversa.
Si no te gusta mucho el aspecto de tus floreros, puedes envolverlo con cinta o con un lazo y asegurarlo con cinta doble faz. También puedes envolverlo en servilletas de tela o de papel (o de otro material) y atarlo cerca del borde con un moño o cordel.
3. Divide y conquista
Un buen truco que usan los diseñadores florales es agrupar las flores por tipo, color o ambos para generar un mayor impacto visual. Usa este conocimiento a tu favor: separa las flores y las hojas verdes del ramo en grupos según su tipo y color. Luego, decide cómo las reacomodarás en el florero que seleccionaste.
Si te inclinarás por una opción fabulosa y compraste un ramo de un tipo de flor más grande (hola, hortensia o lirio), tendrás menos trabajo, ya que solo debes enfocarte en acomodarlas en el florero que elegiste. Si quieres una hermosa mesa para el Día de San Valentín con flores grandes y monocromáticas, coloca una flor grande en cada uno de varios recipientes; muchos recipientes con grupos de flores más pequeñas, como rosas o margaritas, también quedan bien.
Si compraste un ramo mezclado, agrupa bloques de dos o tres colores de flores en el florero; por ejemplo, rosas, tulipanes o gerberas juntos y realzados con flores de relleno de un color complementario o contrastante. No es necesario que, en el arreglo, uses todas las flores que compraste; descarta los patitos feos y aléjate de tu arreglo a medida que lo vayas armando para ver qué debe quedarse y qué debe irse, si es que algo.
Para arreglos de mesa, no es necesario que todos sean iguales o que incluso contengan las mismas flores. Solo apunta a generar toques de color. Puedes hacer algo más sencillo si tu selección de flores así lo requiere. Hand afirma: “Siempre puedes hacer que pequeños floreros u otros recipientes causen furor. No necesitas un montón de flores en un florero. Solo una o dos con un ramito de follaje, como helecho de espada, pueden formar una serie. También puedes usar follaje suelto sobre la mesa si tienes disponible del ramo”.
4. Corta del tamaño adecuado
Una vez que tengas una idea de cómo agruparás las flores, es hora de cortarlas para que quepan en el florero. Lo más importante, dice Hand, es que las flores y su follaje (es decir, las hojas) estén por encima del borde del florero. “Nunca debes ver las hojas en el agua”, afirma. “Se ve desprolijo; es importante cortar el follaje antes de que lo coloques en el florero”.
Lo que cortes de los tallos es a tu discreción. “Todas las reglas sobre proporción se pueden ver al mirar por la ventana”, dice Hand. Solo ten en cuenta la proporción entre el florero y las flores, y si no estás seguro de lo que se verá bien, corta de forma conservadora. Al igual que un corte de cabello, siempre puedes cortar más, pero no puedes volver a hacer crecer lo que ya cortaste.
5. Asegura tu estilo
Es fácil (y está perfectamente bien) recortar las flores, ponerlas en un florero con agua y que sea un éxito. Pero si quieres ayuda para que las flores se mantengan en la posición deseada a fin de generar más espacio entre las flores, puedes usar una base para arreglos florales (un dispositivo metálico con agujas de metal que sostienen los tallos donde los quieres) si es que tienes uno. O bien, este truco: malla de alambre cortada según el tamaño de la abertura del florero sirve, al igual que cinta transparente asegurada en un patrón de tramado cruzado dentro de las paredes secas del florero. Incluso la parte inferior de una canasta de fresas de plástico cortada del mismo tamaño servirá. Una vez que estén aseguradas en su lugar, mete con cuidado los tallos sin hojas de las flores por los orificios en el arreglo deseado.
6. Adorna si lo deseas
Con las flores en el florero, puedes estar orgulloso de tus esfuerzos y continuar (o puedes embellecer aún más el hermoso arreglo). ¿Tienes algunas cuentas de vidrio y clavijas a presión? Asegura una cuenta en el centro de algunas o de todas las flores. Agrega canicas, cuentas de vidrio o cantos rodados al agua. Ponte creativo con lo que tienes en casa si lo deseas. O no. ¡Ya has concretado la tarea!
7. Contagia la alegría
Por último, para aprovechar al máximo las flores de tu presupuesto, toma las flores y hojas verdes que te sobraron y valgan la pena, acomódalas en otros floreros pequeños (incluso muy pequeños) y colócalos en diferentes lugares de la casa, tal vez, en el baño o junto a tu cama. Con eso, oficialmente has hecho todo lo posible para que florezca el amor, ¡todo de un ramo común y corriente!
Fotografía: Natassja Ebert
Dirección de arte: Sarah Ceniceros Gómez
