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De todos los restaurantes en los que he estado, ninguno ha sido tan significativo para mi vida como Trattoria Farfalla. Desde que abrió sus puertas en el barrio de Los Feliz de Los Ángeles en 1987, Farfalla ha sido el lugar indiscutible e incondicional para cualquier ocasión, y no por casualidad. La comida de Farfalla no es ostentosa ni especialmente refinada. Esa es su mayor virtud: se adapta perfectamente a lo que necesites.
A diferencia de muchos restaurantes italianos de Los Ángeles, Farfalla se distingue por un menú rústico pero sofisticado. La suave Insalata Farfalla, con semejanzas a una ensalada César, se sirve con pan de pizza tostado y con sabor a tomate, mientras que los ligeros y ahumados Farfalle al Salmone llevan delicado salmón ahumado y guisantes. Hay demasiadas pizzas de leña buenas para nombrarlas. Mi plato favorito son los sabrosos Rigatoni Tre Funghi, que se mantienen al dente incluso como sobras, con salsa de vodka que baña los hongos salteados y escapa del interior de los fideos.
Farfalla es el restaurante donde hace más de 30 años mis padres compartieron un plato de Fettuccine Bolognese en su primera cita. En la cena previa al baile de graduación, mis amigos y yo nos reímos mientras me quemaba la boca con mi pizza favorita, la Salsiccia e Arugula. A pesar de la plétora de arrabbiata, salsa de tomate y otros platos que amenazaban con manchar nuestros atuendos de gala, mis amigos y yo devoramos nuestra comida esa noche. Años después, sigo saboreando la misma pizza de salchicha y rúcula, tanto si voy vestida para una ocasión especial como si llevo mis pantalones deportivos para quedarme en casa.
Aunque siempre ha sido un restaurante popular y a menudo abarrotado, Farfalla ha manejado con destreza el aumento de órdenes para entrega desde la pandemia, con recipientes de comida para retiro y cajas de pizza apiladas hasta el techo. La comida siempre llega caliente y no es necesario recalentarla.
Un jueves reciente, mi familia pidió nuestros platos favoritos de Farfalla: calamares, Gnocchi Di Pollo, Insalata Farfalla y Fettuccine Bolognese. Siempre me emociona sacar la pasta de su envase de aluminio y la pizza de su caja, sabiendo que será la misma que recuerdo. Constante y confiable, Farfalla es un restaurante que, a pesar de su creciente popularidad, nunca ha sacrificado su calidad. Es un lugar al que siempre volveré para cualquier ocasión, segura de su comodidad y constancia en cualquier plato que pida, ya sean unos elegantes tagliolini con mariscos o una sencilla pizza margherita.
Hace mucho tiempo que adoro Farfalla, sin duda uno de los mejores restaurantes italianos de Los Ángeles. Espero que siga ahí cuando más lo necesitemos (y más lo deseemos).
CRÉDITO DE LA FOTO: Stan Lee