Vivamente en tecnicolor y agradablemente masticables, los bagels arcoíris son una de las tendencias más prolíficas de la era de Instagram. Y aunque el atractivo de fotografiar y devorar un brunch básico ROYGBIV es bastante universal, los que se preparan en Baz Bagel también simbolizan el orgullo queer. Su propietaria, Bari Musacchio, se ha ocupado de mantener a Little Italy abastecida de comida casera judía, incluidos bagels hervidos y enrollados a mano, durante más de siete años. Como empresa de propiedad de una persona queer, también ha se convirtió en un hogar para la comunidad LGBTQ+ de Nueva York.
La preciada tienda de bagels del vecindario tiene mucho encanto y kitsch: retratos de íconos queer, como Barbra Streisand y Bette Midler, saludan a los comensales al llegar; a menudo se oye sonar a Dolly Parton y abundan las referencias a Golden Girls . Antes de la pandemia, Baz Bagels incluso tomó prestadas las ideas de los bares queer, y organizaba noches de bingo, en las que un anfitrión lleno de energía conducía cada ronda disfrazado de una “diva Baz” icónica diferente.
“Ser un restaurante de propiedad de una persona queer nunca fue la temática del restaurante”, dice Musacchio. “Sin embargo, si has visitado nuestro local, puedes sentir que nos apoyamos en esa idea en nuestra estética y nuestra música. Es lo que somos de forma natural”.
Si bien los bagels arcoíris son una opción ganadora para el brunch del Mes del Orgullo, los clientes los ordenan durante todo el año, junto con otras especialidades de la casa: latkes fritos crujientes cubiertos con puré de manzana dulce, sándwiches de escalope de pollo con especias de bagel y esponjosas tostadas francesas con pan jalá.
“Baz tiene la suerte de nacer de esta comunidad única en la ciudad de Nueva York que celebra nuestras diferencias únicas”, dice Musacchio. “Es lo que hace que esta ciudad sea tan vibrante y colorida”. Se podría decir que esos bagels acompañados de queso crema son un símbolo de la propia ciudad.
