No estamos diciendo que los platos de queso y embutidos puedan cambiar el mundo, pero sí hacen que sea un lugar mejor. Unen a las personas y las hacen felices. Son versátiles, porque sirven tanto para un momento en casa, un picnic o una noche acogedora. Funcionan para una noche calurosa en la que nadie quiere encender el horno y pueden reemplazar un almuerzo de verano. Y si bien parecen simples de armar, lograr una tabla increíble puede no ser tan fácil. ¿Por dónde empezar?
La escritora y experta en quesos Christine Clark nos enseña su estrategia, que se vuelve aún más simple cuando puedes ordenarles los ingredientes a los proveedores de DoorDash, que entregan a nivel local y nacional.
1. A veces, lo simple es mejor.
Instagram puede hacerte creer que se requieren habilidades artísticas avanzadas para hacer una fuente de queso. ¡Rebanadas de salami con forma de ramos de flores! ¡Diferentes tonos de frutos secos e ingredientes exóticos! Si esto te entusiasma, ¡adelante! Pero no siempre lo más complicado es necesariamente lo mejor. “No tienes que ser un estilista gastronómico o un influencer de Instagram para preparar un plato de queso memorable —dice Clark—. Si consigues un queso que tenga buen sabor y lo presentas sobre una tabla o un plato, felicitaciones, acabas de preparar un plato de queso”.
2. Juega con las combinaciones
“Me gusta mezclar texturas y sabores —dice Clark—. Algo dulce, algo salado, algo crujiente, algo que puedas rociar o colocar sobre el queso”. Comienza con tu queso favorito, tal vez un queso agrio de cabra, un cheddar añejo o un queso azul picante. Agrega rodajas de salami, prosciutto o speck. Acompaña con galletas saladas o rebanadas de una baguette crujiente. Fruta fresca o seca, mermelada o miel, aceitunas y frutos secos son algunos de los ingredientes adiciones clásicos, pero puedes liberar tu creatividad. Prueba con papas fritas, pimientos picantes dulces (o peppadew) o incluso trozos de chocolate si preparas un plato de queso para después de la cena.
3. Recuerda que menos es más.
Resiste la tentación de servir una gran variedad de embutidos y quesos; los ingredientes se desordenarán y perderán su impacto. Si tienes dos o tres quesos estelares y uno o dos tipos de embutidos, deja que brillen por sí solos. Además, las porciones grandes tienen un gran impacto visual.
La Fromagerie Cheese Shop de San Francisco tiene una caja de regalo con gouda añejo y dulces que incluye dos quesos estelares (hacen entrega a nivel local y envíos a nivel nacional). El Beemster Classic, añejado durante 18 meses, tiene capas de sabor dulce y una corteza crujiente que se desarrolla poco a poco mientras el queso madura en un depósito de piedra centenario en el norte de Holanda. Tiene un hermoso color ocre profundo y notas de nueces tostadas y mantequilla dorada. El Piave Vecchio se elabora en la provincia de Belluno, en la región de Véneto, al pie de las impresionantes montañas Dolomitas. Este queso tiene un dulzor intenso equilibrado con un ligero amargor que recuerda a las almendras. Ambos combinan a la perfección con el untable de higos de Dalmatia (hecho con higos maduros y jugosos en Croacia) y las crujientes galletas naturales de Olina's Bakehouse.
4. Confía en los expertos.
Los profesionales del queso saben qué queso va mejor para cada momento, y cuáles combinan mejor entre sí. “Los vendedores capacitados harán todo el trabajo por ti”, comenta Clark. Puedes ir al mostrador de quesos local y pedirles a los vendedores que te aconsejen. ¡Además te darán de probar! O puedes dejar el maridaje y las combinaciones a los profesionales de Boarderie en West Palm Beach, Florida, que compran quesos y carnes de todo el mundo y los reúnen en tablas increíbles, como la Diletto Cheese and Charcuterie Board (disponible para envío en todo el país). Esta tabla incluye una porción abundante de salami Pinot Grigio, almendras marcona trufadas, higos turcos y Coppinger (un queso semiblando de cáscara lavada, elaborado en Sequatchie Cove Creamery, Tennessee, con una capa de ceniza vegetal en el centro).
5. Sírvelo a temperatura ambiente.
El queso y los embutidos saben mejor a temperatura ambiente, cuando todos los sabores y aromas complejos y maravillosos pueden expresarse más plenamente. Por lo tanto, saca los quesos y los embutidos del refrigerador aproximadamente una hora antes de servirlos. Observa cómo recuperan su máxima expresión a medida que van perdiendo el frío.
6. Invierte en una tabla o un plato bonitos.
Servir queso y embutidos en una tabla magnífica es un gran truco, porque hará que casi cualquier cosa parezca digna de una ocasión especial. Para obtener una muestra rápida, consulta las tablas personalizadas de Slow Table, de Seattle, elaboradas por artesanos en los EE. UU. sobre piezas únicas de madera de nogal de la más alta calidad. Las tablas están diseñadas para durar toda la vida, si las engrasas de vez en cuando (usa aceite mineral apto para alimentos). Con solo un poco de cariño, esta madera noble envejecerá tan bien como tu gruyere favorito. Puedes ordenar la tabla para picadas sola o cargada de delicias. El plato de Fireside Chats incluye pepinillos, aceitunas, una barra de chocolate, robiola y salami trufado.
