Olvida cantar para la cena: en WezzArepas, bailan para la cena, y tú querrás seguir el ritmo después del primer bocado.
“¡Nuestra comida hace que quieras bailar!”, exclama Tricia León, copropietaria de la sensación de comida callejera colombiana. Tiene sentido que León y su esposo, el copropietario Wilmer Bernal, se conocieran en un club nocturno hace 16 años. Su relación siempre se ha centrado en un amor mutuo por la música y la comida, y desde la inauguración de WezzArepas como un mercado emergente en 2017, han sido conocidos por su alegre presencia en festivales y mercados nocturnos en Los Ángeles, en los que ponen salsa y reggaeton a todo volumen mientras sirven arepas de maíz dulce, el exclusivo “Colombian Mastiff” (perros calientes rellenos con tocino, queso, trozos de papas fritas y tres salsas: aioli de cilantro, una salsa inspirada en la Thousand Island y una salsa agridulce de piña), y salchipapas rellenas de la misma manera (con el mismo tratamiento del perro caliente, pero fritas).
“¡Nuestra comida hace que quieras bailar!”
Durante una videollamada con León, Bernal y el empleado “estrella” de WezzArepas, Víctor Gómez, le pedí al equipo que eligiera una canción que resumiera la banda sonora de WezzArepas; todos coincidieron en que sería “Pepas” de Farruko, una pista con mucha energía que te hace “sentir que se te agudizan los sentidos y vives el momento”, explica Bernal. “Todo tiene que ver con la energía: si tenemos buena energía, mucha energía, nuestros clientes también la tendrán”.
Gómez le atribuye la esencia dinámica del equipo al mismísimo Bernal. “Toda nuestra picardía proviene de Wilmer, ya sea que atraiga a las personas con excelente música en un festival o que establezca un contacto con los clientes mediante un seguimiento personal después de que ordenan en línea”, comenta Gómez. “Los principales pilares de este negocio son el amor, la comodidad, el corazón y el alma. Realmente puedes sentir que nos importas mucho y que formas parte de nuestra familia”.
Si se siente como una familia, es porque todo queda en familia. El tercer propietario de WezzArepas es el hermano de León, Didier, y la madre de Bernal prepara las empanadas de su infancia para el concepto. Sin embargo, Bernal admite que precisamente no heredó el amor por la cocina de su familia: tuvo que fomentarlo. Al haberse criado en una familia colombiana que giraba en torno a la comida, se convirtió “más en un fanático de la comida que en un fanático de la cocina”, pero ahora valora el hecho de haber aprendido la química de la forma en que interactúan los ingredientes y de dominar el arte de la parrilla. Si bien es posible que estar a cargo de la cocina no haya formado parte su lista de deseos, cubrir el puesto le ha permitido tener una sensación de orgullo adicional cuando los clientes se enamoran de su comida.
“Los principales pilares de este negocio son el amor, la comodidad, el corazón y el alma. Realmente puedes sentir que nos importas mucho y que formas parte de nuestra familia”.
Y a las personas les gusta tanto su comida que, a partir de 2023, el equipo abrió una cocina fantasma en el barrio coreano de Los Ángeles para atender a un público más amplio. Los clientes pueden disfrutar de muchos de los platos principales del restaurante emergente y más, desde sus tazones de arroz con frijoles, plátanos y carne de res o pollo marinados hasta crujientes pasteles de maíz (el nombre de WezzArepas proviene de “Wez” por West Coast (la costa oeste) y “zz” de la mozzarella que se utiliza en este plato). Y ni hablemos de sus deliciosas arepas y variedad de salsas, como el aioli de cilantro, la salsa agridulce de piña, la salsa rosa cremosa a base de tomate y la salsa ají (también conocida como “pico de gallo picante colombiano”).
Sin embargo, uno de los desafíos más grandes que implica tener una cocina fantasma es el miedo a perderse algo. “Una de las cosas que más nos gusta hacer es mirar al cliente cuando prueba el primer bocado”, cuenta Gómez. Si bien eso no sucede con frecuencia en el caso de las órdenes para retiro o entrega a domicilio, hace poco el equipo recibió algo aún mejor: una brillante reseña en línea de una chef local. “Habló en detalle de cada una de las cosas que ordenó, ¡y nos dejó con la boca abierta!”, comenta Bernal. “Es muy gratificante ver que lo que hacemos aún genera un impacto en las personas y que les gusta. De hecho, esa es la mejor parte de este nuevo capítulo”.
Con respecto a lo que se viene, si Bernal y León pudieran chocar los tacones y hacer realidad un sueño, WezzArepas se convertiría en un restaurante físico que “aún es pequeño, íntimo y ofrece comida rápida, pero con buena música de fondo que anima a las personas a pasarla bien, divertirse durante el tiempo que quieran y luego continuar”, sostiene León. “Solo queremos ser parte de su viaje y hacer que sea increíblemente delicioso”.
Si ese viaje incluye bailar, mucho mejor.
CRÉDITO DE LA FOTO: Stan Lee
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