*Este artículo incluye menciones de tiendas o marcas que son socias de DoorDash, por lo tanto DoorDash puede recibir una comisión si eliges realizar una compra de estas tiendas o marcas.
Algunas madres envían galletas a sus hijos para que recuerden su tierra natal cuando se van a la universidad. La mía me enviaba mi chile crujiente favorito, aunque fue mucho antes de que surgiera la estrella de los condimentos.
La idea de infusionar chiles fritos en aceite no es nueva. Pero en los EE. UU., el alboroto codificado de aceite y crujido con una explosión de especias y picante creció en los últimos 10 años de un condimento exclusivo a un elemento que no puede faltar en la mesa, dando lugar a infinitas variedades de explosión ardiente y resonante de un condimento.
Lo que crecí comiendo a cucharadas en mi ramen instantáneo (sabor pollo Maruchan en el paquete naranja, por favor) ahora se espolvorea en el helado, sobre pizza y viene en un empaque elegante. Lamentablemente, el restaurante que elaboraba mi salsa favorita dejó de venderla antes de que el país alcanzara su auge en el consumo de chile crujiente. He pasado casi la última década de mi vida recorriendo góndolas en busca del sustituto ideal, y la prueba de sabor que se menciona más adelante fue simplemente una continuación de mi búsqueda de una combinación deliciosamente equilibrada de pimientos fritos, aceite y umami.
La degustadora
Siempre tengo una bandeja con media docena de variedades de chiles crujientes en la mesa del comedor. Probé 10 salsas diferentes, todas disponibles para su entrega a través de DoorDash, para ver cuáles valía la pena agregar a mi colección. Solo cuatro estuvieron a la altura.
La metodología
Al principio, probé cada salsa como lo haría cualquier persona normal: a cucharadas. Esto me permitió ver cómo sabía sola, sentir la textura y percibir los matices. Busqué algo crujiente y picante, pero también sabores o características que diferenciaran la salsa del resto.
Luego, probé cada una con arroz blanco y un ligero salteado de bok choy y tofu para ver cómo interactuaban con diferentes alimentos. Lo más importante es que dejé a las finalistas en mi mesa durante una semana para ver cuándo y cómo elegía a cada una.
Los resultados
Mejor en general: Chile frito en aceite de Lao Gan Ma
Lao Gan Ma es la OG (o sea, la “vieja abuela”) del chile crujiente. Los frascos de color rojo brillante que presentan el rostro estoico de la matriarca de la marca ofrecen una variedad de productos. El chile frito en aceite —el que tiene la franja verde en la etiqueta— se diferencia del producto que la empresa llama “chile picante crujiente” en que reemplaza la soja y la cebolla por cacahuetes. ¡Au revoir! No se echan de menos: de todos modos, los cacahuetes son más grandes y crujientes que la soja.
“La Señora”, como la llaman en mi casa, se centra en las partes importantes: aceite, chile y MSG. En particular, tiene mucho más sabor a chile que sus competidores, con un picante de nivel medio que se mantiene constante durante todo el bocado. Las demás especias apenas intervienen y, sin las notas florales de la pimienta de Sichuan ni el almizcle del comino, no abruma los platos. Si buscas una salsa para usar a diario, tener en la mesa y que combine con una amplia variedad de alimentos, esta es la mejor opción.
El más crujiente: Chile crujiente de ajo Kari Kari
Los chips de ajo fritos de Kari aportan mucha textura y están reforzadas por un toque de allium. Un intrincado grupo de sabores crujientes conformado por chalotes y cacahuetes hicieron de este plato el claro ganador en cuanto a textura. El picante de estos comienza lento pero aumenta agradablemente con el tiempo, respaldado por el toque floral de la pimienta de Sichuan. Este producto se destaca por sí solo, y sus fuertes sabores y texturas audaces son la mejor opción para cualquier cosa que pueda actuar como un lienzo en blanco, como el arroz blanco o las verduras al vapor.
Si no puede encontrar el chile crujiente de Kari Kari, El aceite de chile con ajo levemente crujiente de S&B Umami Topping es una alternativa similar y deliciosa. Tiene trozos grandes y crujientes de ajo.
El más intrigante: Mezcla de chile ancho crujiente de Kinder
Esta salsa queda muy bien en el espacio liminal entre la salsa macha y el chile crujiente. Kinder se centra principalmente en la salsa barbacoa y condimentos para carne, por lo que utiliza una selección bastante inspirada de pimientos anchos ahumados como sabor principal. El ahumado suave añade una profundidad cálida, reforzada por el ajo a punto de quemarse. El crujiente estándar también adquiere un toque único con grandes granos de sal. Elígelo para platos con un fuerte toque carbonizado, como carnes o verduras asadas, que competirán con el ajo y se beneficiarán del ahumado.
Para otra opción con un perfil de sabor mexicano, prueba Salsa Macha con nueces y semillas crujientes de chile mexicano de Somos. Tiene un toque ahumado con una variedad de nueces y semillas que forman su componente crujiente.
Mejor Umami: Salsa de aceite de chile multiusos vegana Lahtt
Técnicamente no es chile crujiente (es suave y se llama aceite de chile), pero pertenece al mismo reino de sabores. Si bien le falta el toque crujiente que lo convertiría en el rey de los chiles crujientes, es, tal vez, la duquesa de un pequeño territorio dentro de él: la ciudad umami. Es espesa y está llena de sabor a hongos y ajo intenso y rico. La pasta de tomate le aporta un toque picante para lograr una salsa completa y equilibrada. Se puede utilizar tanto para cocinar un plato como para aderezarlo en la mesa, y funciona en combinación con una segunda salsa más texturizada.
CRÉDITO DE LA FOTO:
Fotografía: Paul Quitoriano
Diseño de utilería: Gerri Williams
Dirección de arte: Sarah Ceniceros Gomez
