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Las uvas son una fruta imprescindible para picotear en mi casa. Las uvas rojas, blancas o negras sin semillas aparecen regularmente en el almuerzo de mi hija, en los picnics en el jardín y en las tablas de quesos y fiambres en casa. Y las uvas especiales como la dulce Cotton Candy, la apetitosa Moon Drop y la floral y dulce Gum Drop son pequeños lujos, un extra de dulzura para comer directamente con la mano. Suelo comprar uvas cuando están en oferta, lo que significa que las bolsas suelen estar a reventar. A veces no logro terminarlas a tiempo si están demasiado maduras. Así que he encontrado maneras creativas de aprovechar todas las uvas de la bolsa: asarlas para acompañar Brie al horno, congelarlas para hacer cubos de hielo saborizados, y más. Y he llegado a apreciar la versatilidad de las uvas, que sirven tanto en postres como en aperitivos, cócteles, aderezos e incluso sopas. Ahora que se acerca el verano, estas son algunas de mis recetas con uvas favoritas.
Pinchos de uvas a la parrilla
Son un postre veraniego delicioso y fácil de preparar, y una buena opción para picar. Ensarta en brochetas de bambú remojadas o en brochetas de metal una variedad de uvas enteras, como uvas blancas sin semillas o tintas. Alterna las uvas con cubos de melón, trozos de mango o piña, o frutillas enteras. Asa a fuego medio-alto en una parrilla exterior (o dentro en una sartén para asar) hasta que se formen marcas, girando las brochetas cada 30 segundos a 1 minuto durante un total de unos 2 a 3 minutos. También puedes hacer pinchos de uvas y frutas a la parrilla colocándolas en una bandeja para horno forrada con papel aluminio y poniéndolas bajo el gratinador del horno a temperatura alta durante 1 a 2 minutos. Vigílalas de cerca para evitar que se quemen. Acompáñalas con un aderezo dulce de yogur (mezcla 1 taza de yogur de vainilla, 1 cucharada de jugo de limón fresco y 1 cucharada de miel), o termínalas con un chorrito de miel y un puñado de menta fresca picada.
Cubitos de hielo de uva
Extiende las uvas enteras en una sola capa sobre una bandeja para horno y congélalas durante aproximadamente 1 hora. Luego, transfiere las uvas congeladas a una bolsa o recipiente apto para congelador y con cierre hermético— almacenadas así, durarán hasta un año. ¡Listo! Mezcla las esferas heladas en batidos en lugar de cubitos de hielo para crear una consistencia espumosa y cremosa, o atrévete a triturar las uvas congeladas para hacer un sorbete o granizado de uva. Añade uvas congeladas a cócteles o a una jarra de sangría para enfriar las bebidas sin diluirlas — además, tendrás un refrigerio frutal para disfrutar cuando llegues al fondo del vaso.
Uvas en escabeche
En una cacerola, combina 1 taza de vinagre de sidra de manzana (también sirve el vinagre de vino tinto), 1 taza de azúcar y ½ taza de agua, junto con algunas especias enteras de tu elección, como ramas de canela, anís estrellado, cardamomo, granos de pimienta o semillas de mostaza. Lleva la mezcla a ebullición, luego reduce el fuego y deja que hierva a fuego lento durante unos 5 minutos. Retira la cacerola del fuego y déjala enfriar. Toma 1/2 kg de uvas y descarta las que estén dañadas o pasadas de su punto, luego colócalas en un recipiente resistente al calor. Una vez que la salmuera se haya enfriado, viértela sobre las uvas para que queden completamente sumergidas, cubre con una tapa y colócalas en la heladera durante la noche. Al día siguiente estarán listas para comer, aunque confieso que yo empiezo a picar algunas después de solo una hora. Acompaña las uvas en escabeche con tablas de fiambre, córtalas por la mitad y agrégalas a ensaladas, o pícalas para hacer un aderezo ácido que complementa proteínas a la parrilla como el pez espada o las chuletas de cerdo. Asegúrate de guardar el líquido del escabeche: se puede usar como un shrub de uva para agregar a bebidas, como limonadas martinis.
Uvas asadas
Si buscas maneras únicas de comer uvas, esta simple técnica concentra su dulzura, haciéndolas una excelente adición a platos con granos, ensaladas, tablas de quesos o sándwiches como los de pollo y los de queso. Mezcla 5 tazas de uvas lavadas y secas con 2 cucharadas de aceite de oliva, 1 cucharada de vinagre balsámico, ½ cucharadita de sal kosher, ¼ cucharadita de pimienta negra molida y una ramita de una hierba fresca y fuerte, como tomillo o romero. Asar durante 20 minutos a 200° C. Para un aperitivo fácil pero elegante, solo agrega una rueda de Brie a una fuente para hornear, esparce las uvas alrededor y hornea a 200° C durante aproximadamente 15 minutos, hasta que las uvas se arruguen. Por último, agrega un chorrito de vinagre balsámico a las uvas en mermelada y al Brie derretido, y sirve con rebanadas de baguette crujiente o galletas saladas robustas.
Gazpacho de uvas
El gazpacho a base de tomate puede ser el más famoso, pero el ajo blanco, elaborado con uvas verdes y almendras, es una clásica sopa fría española que merece un lugar en tu repertorio de recetas veraniegas. En una licuadora a alta velocidad o una procesadora de alimentos, mezcla 1/7 k de uvas verdes sin semillas con ¼ de taza de almendras (me gusta usar las laminadas), un pepino inglés de tamaño mediano, picado en trozos grandes (o dos pepinos persas pequeños), un diente de ajo picado, y sal kosher (a gusto) hasta obtener una textura suave. Si la sopa parece demasiado líquida o aguada, añade otro puñado de almendras y vuelve a procesar. Puedes experimentar con el emplatado; las almendras laminadas, las uvas en cubos y un chorrito de aceite de oliva y vinagre de champán son opciones excelentes. Las hierbas delicadas como el eneldo o la menta serían un adorno encantador o una adición herbácea si las mezclas directamente en la sopa.
Compota de uvas
Si ya te has cansado de comer uvas y quieres usar el resto rápidamente, convierte las uvas tintas o Concord (mis favoritas para este método, aunque puede que necesites quitarles las semillas) en una compota de frutas. Es perfecta para untar sobre tostadas, agregar sobre pancakes, cubrir parfaits de yogur o helado, o mezclar en aderezos. En una sartén antiadherente o en una cacerola, combina 3 tazas de uvas, ½ taza de azúcar y la ralladura y el jugo de un limón de tamaño mediano. Añade suficiente agua para cubrir justo la mezcla de frutas y azúcar. Pon el fuego a temperatura media y deja que la mezcla hierva. Luego, revuelve y pon el fuego a medio-bajo. Deja que la compota hierva a fuego lento — aunque puede que necesites reducir el fuego a bajo si comienza a burbujear de nuevo — durante unos 20 minutos. Deberías obtener una consistencia brillante y espesa, similar a la de una mermelada, que cubre fácilmente el reverso de una cuchara de madera.
CRÉDITO FOTOGRÁFICO:
Fotógrafo: Paul Quitoriano
Estilismo de alimentos: Mieko Takahashi
Dirección artística: Sarah Ceniceros Gómez