Esa enorme cantidad de champiñones de París puede ser el pilar de muchos platos otoñales acogedores. Los champiñones son carnosas bombas umami que pueden absorber fácilmente cualquier sabor que les agregues. Además, son un poderoso y asequible ingrediente en la cocina, especialmente cuando buscas un reemplazo de la carne. Estas son seis de nuestras formas favoritas de mostrar la versatilidad de ese paquete de champiñones que tienes en la parte de atrás de la heladera.
Conviértelos en tocino.
Transforma los champiñones blandos y deteriorados en algo ahumado, dulce y salado. En un tazón, mezcla dos cucharadas de salsa de soja, dos cucharadas de aceite neutro, una cucharada de jarabe de arce y ½ cucharadita de humo líquido. Corta los champiñones en rebanadas finas, mézclalos con los otros ingredientes hasta que estén bien cubiertos y, luego, acomódalos formando una capa en una asadera forrada con papel de repostería. Asa a 375 °F durante aproximadamente 30 minutos, hasta que los champiñones estén bien dorados y con los bordes crujientes. Este tocino de origen vegetal es el ingrediente perfecto para ensaladas Cobb, una papa horneada con mantequilla o un panini caliente con mucho queso.
Ásalos.
Mantequilla, ajo y un montón de champiñones son la base de una guarnición perfecta al estilo churrasquería. Córtale los tallos a una libra de champiñones y, luego, colócalos en una bandeja para horno con medio pan de mantequilla en cubos y mucho ajo picado. Rocía todo generosamente con aceite de oliva para evitar que la mantequilla se queme, luego hornea a 450 °F durante 15 a 20 minutos (o hasta que tu hogar esté impregnado del aroma de los champiñones con ajo). Antes de servir, baña los champiñones con perejil recién picado y un chorrito de jugo de limón recién exprimido. Deberás asegurarte de que haya pan crujiente en la mesa para disfrutar del sabor de la delicia mantecosa en la parte de abajo del plato.
Reemplaza la carne al estilo francés.
El pâté francés tradicional es a base de hígado de pollo o pato, pero déjame argumentar a favor de los champiñones. Son el mejor reemplazo vegetariano, ya que absorben el sabor como una esponja. Comienza por remojar una taza de nueces en agua caliente para ablandarlas. A continuación, en una sartén grande a fuego medio/fuerte, saltea una libra de champiñones en rebanadas y un chalote picado en tres cucharadas de mantequilla y una cucharada de aceite de oliva hasta que estén dorados, aproximadamente durante 6 a 8 minutos. Coloca los champiñones cocidos junto con las nueces escurridas en un procesador de alimentos o una licuadora, agrega un chorrito de vinagre de vino tinto y tomillo fresco, y mezcla hasta que la preparación esté suave. Pasa a un frasco o un tazón bonito y puedes servir el pâté de inmediato con rebanadas de baguette y un martini helado, o guardarlo en el refrigerador durante una semana como máximo.
Úsalos para rellenar tacos.
La tinga de pollo es un sabroso guiso mexicano que se sirve en tacos y como complemento en tostadas. Puedes reemplazar el ave por champiñones terrosos sin perder la satisfacción de disfrutar de un estofado o una salsa. Saltea una cebolla grande en cubos y 3 dientes de ajo picados en una sartén grande con aceite neutro hasta que se ablanden, aproximadamente durante 5 minutos. Luego, agrega una lata de 15 onzas de tomates triturados, uno o dos chiles en adobo y un toque generoso de orégano, sal y pimienta. Mientras se cocina la salsa durante unos 20 a 30 minutos, saltea una libra de champiñones en rebanadas a fuego medio/fuerte hasta que se doren, aproximadamente durante 6 a 8 minutos. Agrega los champiñones a la salsa y deja que todo se cocine junto durante 8 a 10 minutos más para que se mezclen los sabores. La tinga siempre es más rica al día siguiente, por lo que es ideal para preparación de comidas o tu próxima noche de tacos.
Hazlos brillar en un risotto.
Los italianos han dejado claro que los mejores risottos incluyen champiñones ricos en umami. Tradicionalmente, el risotto se prepara agregando caldo de pollo o verdura al arroz arborio, de a una cucharada por vez, hasta que el líquido se absorba y el arroz esté tierno. Al revolver constantemente, el resultado final es un arroz suave. Una vez que hayas hecho lo anterior y el risotto esté perfectamente al dente (eso debe llevar unos 20 minutos), agrega la cantidad de champiñones caoba salteados que quieras. Consejo de expertos: omite la parte de revolver; saca tu Instant Pot y agrega 4 tazas de caldo, 1 taza de arroz arborio, tomillo fresco y cocina a alta presión durante 5 minutos. Levanta la tapa y agrega los champiñones salteados. Tendrás un risotto perfecto sin esfuerzo. Independientemente de la forma en que cocines el risotto, sírvelo cuando esté listo con una cantidad generosa de queso parmesano encima para agregar un toque adicional de umami.
Prepara un rápido estofado francés.
Las noches frías requieren platos sustanciosos, como estofado francés de ternera, que debe su fama a Julia Child. Utilizar champiñones rinde homenaje a todos los lujosos sabores de este plato clásico con carne en mucho menos tiempo. En una sartén grande con un buen chorro de aceite de oliva, sella 2 libras de champiñones en rebanadas. Retíralos de la sartén, agreda una cebolla en dados, dos zanahorias en dados y tres dientes de ajo picado, y saltea hasta que se ablanden, aproximadamente entre 6 y 8 minutos. Vuelve a incorporar los champiñones a la sartén junto con una taza de vino Borgoña, algunas tazas de caldo de verdura, una cucharada de pasta de tomate y un par de ramitos de romero. Cocina a fuego lento durante media hora hasta que la salsa se reduzca y espese. Termina con algunas cucharadas de mantequilla para darle al guiso una textura brillante y sirve sobre un cremoso puré de papas o pasta con mantequilla para obtener una comida deliciosa que se siente como un gran abrazo.
CRÉDITO DE LA FOTO:
Fotografía: Paul Quitoriano
Estilismo de la comida: César Aldrete
Dirección de arte: Sarah Ceniceros