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Mi tres hijas suelen bromear sobre los diversos proyectos de cocina que soportaron durante su infancia. Como escritor gastronómico, con frecuencia, le servía a mi familia las recetas que estuviera probando para un artículo, por lo que la cena puede haber sido tres sopas de pescado diferentes o simplemente verduras al estilo turco braseadas en aceite de oliva. Notoriamente recuerdan la fase de la olla a presión y las interminables cenas blandas y pegajosas que surgieron. Se burlan hasta el día de hoy. Pero, cuando lo hacen, les recuerdo que si no hubiera sido por la olla a presión, nunca habría inventado la receta que definió su niñez, que fueron mis gloriosos macarrones con queso.
El motivo por el cual eran tan buenos es que sabían a un ideal platónico de macarrones en caja y prepararlos no llevaba casi nada de tiempo; quizás 10 minutos como máximo. Tenían esa misma cremosidad aceitosa y esa textura agradablemente blanda, pero sin ser gomosa, que tienen los que vienen en caja, pero sabían mil veces mejor.
Las niñas crecieron y nuestro consumo de macarrones con queso se ha reducido, pero, de vez en cuando, saco mi Instant Pot para volver a hacer este plato, que siempre da en el blanco.
Famosos macarrones con queso en Instant Pot
Ingredientes
1 bolsa de 1 libra de fideos codito
4 onzas de queso crema (aproximadamente medio pote)
2 tazas de queso cheddar rallado (un paquete pequeño)
1 taza de leche (opcional: puedes reemplazarla por agua)
1 cucharadita de sal
¼ de cucharadita de mostaza picante en polvo
Entre 6 y 8 toques de Tabasco
Preparación
Ensambla tu Instant Pot y vierte un vaso de vino.
Agrega los fideos codito en la Instant Pot y cubre con 3 tazas de agua.
Cocina a presión alta durante 4 minutos y luego libera rápidamente la presión. Si comienza a salpicar agua hacia el final de la despresurización, cubre la ventilación con un paño de cocina y disfruta de tu vino mientras se calma.
Abre la Instant Pot. En su interior, habrá algo solidificado y pegoteado que parece un cerebro hecho de pasta. Inmediatamente, agrega el queso crema y el cheddar rallado. De hecho, en este caso, es preferible el queso cheddar en paquete porque las hebras se cubren con celulosa que ayuda a hacer que la salsa final sea más cremosa y se emulsione de la forma adecuada.
Revuelve como loco con una cuchara de madera para derretir el queso y separar la pasta. Aparecerán muchísimas hebras. Parecerá algo de una película de terror sobre la gestación de engendros de extraterrestres. Agrega la leche (o el agua, si es que usas esta opción), según sea necesario, poco a poco, y las hebras darán lugar a una deliciosa textura cremosa. Luego, condimenta a tu gusto. En mi caso, uso sal, mostaza picante en polvo y la combinación de Tabasco mencionada anteriormente.
Agrega otro vaso de vino. La cena está servida. Realmente no necesitas nada más, aunque una ensalada no le haría mal a nadie.
CRÉDITO DE LA FOTO:
Fotografía: Paul Quitoriano
Estilismo de la comida: Lena Abraham
Diseño de utiliería: Gerri Williams
Dirección de arte: Sarah Ceniceros Gómez