No soy fanático de las ensaladas de pasta. Suelen tener sabor a aderezo italiano embotellado, algo que asocio con bufés de incómodas fiestas de oficina y cenas en cadenas de restaurantes en la carretera durante un viaje. Cuando la pasta reposa en aderezo, pierde su sabrosa consistencia y se ablanda hasta el punto en que se puede cortar con cuchara.
La ensalada de pasta es un tazón tibio de pasta recién hervida en la que aterrizó una ensalada. Es una cena que preparas fresca y en el momento para ti y tus seres queridos.
Así que yo paso, gracias. Por otro lado, la ensalada de pasta es algo glorioso. La simple diferencia lo es todo. La ensalada de pasta es un tazón tibio de pasta recién hervida en la que aterrizó una ensalada. No es algo que entierras en un Tupperware para llevar a una comida a la canasta en la reunión anual de tu asociación de propietarios. Es una cena que preparas fresca y en el momento para ti y tus seres queridos.
Comía mucha ensalada de pasta cuando trabajaba en un restaurante que tenía un maravilloso aderezo de la casa hecho con aceite de oliva, aceto balsámico, muchas hierbas y una cantidad considerable de ajo y chalote picados. La gerencia era bastante relajada con respecto al hecho de permitir que los cocineros comieran lo que quisieran del menú. Podría haberme rendido ante el escalopín de ternera o la langosta gratinada, pero lo que generalmente me apetecía era una de esas ensaladas verdes servidas sobre un tazón con linguini caliente. Un poco de parmesano, un poco de pimienta molida… Era algo que me hacía sentir renovado después de un largo turno de trabajo.
Ahora que solo cocino para mi familia, la ensalada de pasta es una comida rápida bastante habitual.
Cuando es temporada de tomates, preparo una versión de ensalada de pasta con tomate sin pensarlo dos veces. Comienzo con aproximadamente medio kilo de tomates cortados en trozos grandes, una pizca generosa de sal, un poco de chalotes o ajo picados, y una o dos cucharaditas de jerez o vinagre de vino tinto en la parte inferior de un tazón. Dejar macerar todo esto durante 10 a 15 minutos sube inconmensurablemente el nivel del producto terminado. Por suerte, eso es aproximadamente lo que tarda en cocinarse 250 gramos de pasta.
Durante este tiempo, puedo buscar complementos. Algunos trozos de queso feta, pepinos y orégano deshidratado pueden tomar una dirección griega, mientras que gochujang, aceite de sésamo y cebolletas se inclinan hacia Corea. Además: ¿hay un pimiento que pida a gritos ser utilizado o una mazorca de maíz que sobró de la cena de anoche? ¿Por qué no invitarlos a la fiesta?
Cuando la pasta (espagueti o penne) está lista, evalúo la situación del tomate. Si hay mucho jugo formando un charco en el tazón, agrego la pasta directamente al tazón. De lo contrario, primero puedo agregar medio cucharón del agua de la cocción. Mezclo bien mientras agrego dos o tres cucharadas de aceite de oliva y condimento generosamente con sal y pimienta negra. Un puñado de mezcla de hojas verdes sería bienvenido en este momento. Si sobró un pequeño trozo de queso de cabra para desmenuzar o si hay un trozo de queso parmesano para rallar con un pelapapas, aporto un bonito toque final.
Durante el invierno, cuando los tomates no pueden tomar el papel protagónico, las verduras de hoja verde con un aderezo ácido hacen muy bien el trabajo. Macero los chalotes y el ajo picados en aceto balsámico o vinagre de vino de arroz, junto con algunas hierbas deshidratadas, como orégano y albahaca. Ahora también agrego aceite de oliva (aproximadamente 1/3 de taza para dos cucharadas de vinagre), condimento con sal y pimienta, y equilibro los sabores mientras la pasta se cocina. Si uso verduras de hoja verde de invierno, como lechuga romana, escarola o achicoria, puedo agregar un toque de miel al aderezo para que resalten los sabores agridulces. Los frutos secos se sienten como en casa en esta ensalada de pasta, y con un huevo frito o unos trozos de prosciutto encima, la cena está lista en menos de 15 minutos.
CRÉDITO DE LA FOTO:
Fotografía: Paul Quitoriano
Estilismo: Mary Rupp
Dirección de arte: Sarah Ceniceros
